La Fuente de Energía Inexplorada. En el vasto espectro de energías que fluyen a través de los seres humanos, una se destaca como la más poderosa y creativa: la energía sexual. En este artículo, exploraremos cómo esta energía puede transformarse en una herramienta para cumplir metas y propósitos en la vida. Desde antiguas tradiciones taoístas hasta la moderna conciencia sobre el poder de la energía, descubriremos cómo canalizar esta fuerza vital de manera consciente.
Explorando la Energía Sexual: Una Fuente de Poder
En el tejido mismo de los seres humanos fluye una fuerza inigualable: la energía sexual. Nuestras células se intercambian entre cargas negativas y positivas, desencadenando reacciones fisicoquímicas que se manifiestan en sensaciones intensas, como la piel erizada o la boca que se llena de agua. Esta energía, la más potente generada por nuestro cuerpo, no solo es vital para la creatividad y la transformación, sino también para alcanzar metas y objetivos. Así como es el origen de nuestra existencia, también puede ser el camino hacia nuestras realizaciones. Disciplinas como el sexo tántrico y el sexo taoísta se centran en canalizar esta energía a través de técnicas que expanden la conciencia y despiertan la vitalidad en los centros energéticos del cuerpo, conocidos como chakras o meridianos. Aunque no necesitemos ser expertos en filosofías orientales, entender que estos puntos energéticos tienen correspondencia anatómica con áreas de nuestro cuerpo es crucial. Por ejemplo, al mover nuestra pelvis, estamos activando el segundo chakra.
La Energía Sexual: Un Catalizador de Deseos y Sueños
Guillermo Ferrara, referente en el tantra español, describe la energía sexual como "la pila de la vida" en nuestro ser, capaz de brindar abundancia en todos los aspectos que atañen a los seres humanos. Al usar esta energía con sabiduría, encendemos una luz interior que atrae hacia nuestros sueños y aspiraciones. Esta potente fuerza puede desplazarse a través de nuestro cuerpo, ascendiendo desde el segundo chakra hasta el séptimo, ubicado en la coronilla. Aquí, conectándonos con el universo, incubamos nuestras metas con una convicción profunda. En vez de un orgasmo fugaz, experimentamos un éxtasis prolongado, una vibración que trasciende el instante. La clave está en el presente, en vivir la experiencia sexual con plenitud y acceder a estados alterados de conciencia. El secreto consiste en habitar nuestro propio cuerpo por completo. En el acto sexual, con frecuencia estamos distraídos por preocupaciones, anhelos de aceptación o cuestiones laborales, perdiendo la conexión con nosotros mismos. Al ducharnos, el agua apenas acaricia nuestra piel, y al aplicarnos crema, lo hacemos de manera apresurada, ignorando nuestras sensaciones. Descubrir el potencial creativo de esta energía requiere practicar meditaciones orgásmicas. Tomarse el tiempo de sumergirse en las sensaciones, sin ansias por concluir o temores a eyacular, nos revela nuevas dimensiones de placer. La exploración de distintas zonas corporales, antes de compartirlo en pareja, es sabia, pues ambos deben sincronizar movimientos y respiración.
Para aquellos que encuentran la idea de dirigir la energía algo abstracta, esta técnica puede parecer una combinación de respiración, sonidos, movimientos y contacto consciente con las sensaciones. Cierra los ojos y comienza con una respiración continua: inhala por la nariz y exhala por la boca, acompañando el proceso con un "ah", similar al sonido del alivio. Repite este ciclo unas 20 veces, mientras sientes el aire entrar por tus fosas nasales, percibes su temperatura y notas el movimiento de tu abdomen. La atención a estos detalles te anclará al presente. Si te distraes, regresa a la respiración.
Avanza moviendo la pelvis de atrás hacia adelante, sincronizando con la respiración. Cuando inhales, aprieta los músculos alrededor de la uretra y el ano, relajándolos al exhalar con el sonido "ah". Este es el paso de activación de la energía.
Mantén una respiración regulada para mantener una alta energía. Visualiza una raíz dorada conectada al centro de la Tierra, de la cual emana un hilo de luz que asciende hacia tu centro energético en el corazón.
Explora tu cuerpo con las yemas de los dedos, excepto los genitales, acariciando desde los pies hasta la cabeza y viceversa. Detente en las sensaciones, pues donde está tu atención, reside la energía.
Coloca una mano en tu pecho y otra en tu zona íntima. Acaríciate desde el perineo hacia arriba, permitiendo que la energía fluya mientras asciendes.
Ten claro tu propósito y, cuando el orgasmo se aproxime, inhala profundamente y retén el aliento durante 10 a 20 segundos. Este instante marca la contención de energía. Contrae tu cuerpo, recoge las piernas y siente cómo el deseo se incuba en tu ser. Luego, suelta.
Despertando tu potencial interno mediante la energía sexual consciente, podrás canalizar esta poderosa fuerza hacia la realización de tus sueños y metas, fusionando la pasión con la creación
En pareja se siguen los mismos pasos. Pueden acostarse en posición de cucharita, respirar y moverse al mismo ritmo. Si prefieren estar frente a frente, un consejo es aprovechar el aire que su amante exhala. En esta dinámica, uno debe brindar un masaje al otro, y la penetración no es indispensable. Lo que marca la diferencia entre esta experiencia y una meditación convencional son los movimientos y sonidos que se generan. En contraste con la masturbación habitual o las relaciones sexuales tradicionales, aquí existe una plena atención en las sensaciones y una intención consciente. Anímate a reír a carcajadas, jadea y realiza todas aquellas acciones que normalmente te cohibirían por vergüenza.
Cuando se busca manifestar un propósito específico a través de la energía sexual, es vital que la meta sea concreta en tiempo, espacio y enfoque. La claridad en el deseo lo hace creíble y alcanzable. Al conectarnos con el universo a través de nuestra energía, también debemos alinear nuestros deseos con el bienestar de la humanidad. Los beneficios de estas prácticas son amplios y profundos: desde una mayor vitalidad y creatividad hasta una sensación de control y co-creación en la vida cotidiana.
La energía sexual es una fuerza subutilizada que puede empoderarnos en la consecución de nuestros objetivos. Al aplicar técnicas de enfoque, respiración y movimiento, despierta un potencial creativo y transformador en nuestras vidas. Más allá del placer momentáneo, esta energía puede ser un motor de logro y co-creación, llevándonos a un estado de conexión profunda con nosotros mismos y el universo.
Fernando Far se desempeña como «Life, Sex & Business Coach» asistiendo tanto a las personas como a las organizaciones en sus procesos de cambio y transformación.
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