A través de las historias no solo relatamos hechos y datos, sino que “emocionalizamos” la información de modo que la gente conecte con nuestro relato de una manera profunda y llena de sentido. De este modo con historias bien narradas, un potencial cliente puede conectar con nuestro servicio o producto de una manera poderosa y verdadera.
Lo principal: Emocionar
En cada momento hay historias. No solo en hechos fantasiosos o del pasado. Sino en cosas concretas. En cómo vivimos el pasado y en cómo proyectamos el futuro, en una presentación personal o en la descripción de una marca o un producto. En cómo queremos posicionarnos. Contamos historias cada día y en cada situación. Contar historias es una de las más poderosas herramientas para captar el interés de una audiencia.
Aun así no todas las historias generarán el mismo resultado. Una historia que no logra crear o al menos despertar emociones, puede ser un esfuerzo desperdiciado. Una comunicación no efectiva. La historia que relatamos debe en primer lugar moldear al receptor, al potencial cliente. Debe por lo menos hacerlo identificar con nuestro relato. Generar deseo y enamorar (en este caso con una marca) podría ser un objetivo de máxima y el deseable como medida del éxito.
Cómo creamos una historia de impacto?
Primero que nada debemos encontrar el núcleo emocional del mensaje que estamos intentando transmitir. Fundir emociones con información es algo que la audiencia recuerda y sobre la que podremos accionar. La información asociada a los estímulos resuena exponencialmente en la audiencia.
Las historias deben ser auténticas. La gente detecta inmediatamente si nuestras historias no buscan otra cosa que manipular o sacar ventaja de una situación. Más que enfocarnos en lo que queremos comunicar, debemos enfocarnos en comunicar lo que a la audiencia le sirva: Como le proveemos valor.
Una historia debe ser siempre un diálogo y no un monólogo, de esta manera le damos a la audiencia un sentido de pertenencia.
"Las historias le dan color y profundidad a material que quizás no lo tenga, y le permiten a la gente conectar con el mensaje de una manera profunda y más llena de sentido" - Peter Guber, CEO de Mandalay Entertainment
Por último, debemos saber medir el ambiente y el tiempo en el que estamos enviando una determinada información. Medir el contexto es indispensable para poder generar una comunicación efectiva. Enviar un mensaje es poderoso, por lo que no solo no debemos subestimar el poder de nuestra historia sino tampoco la inteligencia de nuestra audiencia. Si somos honestos emocionalmente en el relato, nuestra historia puede convertirse en la más poderosa de las herramientas con las que contamos.
Fernando Far se desempeña como «Life, Sex & Business Coach» asistiendo tanto a las personas como a las organizaciones en sus procesos de cambio y transformación.
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