La Felicidad está Aquí

La Felicidad está Aquí

La Felicidad está aquí. En vos, en este momento. En todo lo que te rodea. Conectar con ella es sumamente sencillo. Es como estirar la mano y tomar la fruta que está en la fuente de tu mesa. Es tan fácil... como acariciar una mascota o tocar las cuerdas de una guitarra. Entonces…¿por qué la llevamos tan esquiva? ¿Por qué hemos comprado la idea de que para estar bien, hay que estar antes muy pero muy mal? Todo está en nuestra decisión y elección. Hoy  decidiste algo que difícilmente sea difícil. Encontrarte con la felicidad y conectar con ella.


La mayor parte de las personas desconocen que  eligen estar como están. Y la mayoría de esas personas, además, eligen estar mal. Eligen el enojo, el conflicto, el rechazo, el corte, la disputa. Deben complacer esa necesidad insensata y hasta enfermiza de agregar dolor e incluso sufrimiento a un instante de la vida que puede ser, por otro lado, deliciosamente único. Aprendamos a  reemplazar el concepto de “perder el tiempo” por el de “perderse en el tiempo”.


Parece que existe como una pulsión hacia lo complicado y de desdén hacia lo complejo, hacia lo que se demora, hacia el quedarse estancado en la bronca, el desánimo, el fastidio. ¿Y que haces vos? ¿Dónde eliges estar? ¿Te gusta quedarte ahí? ¿O estas empezando a sentir que es más gratificante reir que enojarse, amar que odiar, ser real que fingir …?

¿Es en verdad sencillo conectar con la Felicidad, ese estado tan “buscado” pero a la vez tan esquivo? Puede ser sencillo pero deberemos dejarnos ir por caminos llenos de sinuosidades. En esos caminos, por momentos llegaremos a confundir emociones con el estado de conexión profunda que es la Felicidad. Llegaremos a sentir que somos felices porque estamos alegres, pero que dejamos de serlo al estar “tristes”.


La alegría es un gran alimento del alma. Es la energía que nos moviliza ante aquello que parece imposible realizarse por su dimensión. Es la expresión de nuestra energía vital circulando en libertad...y más de una vez elegimos la tristeza, que por contrapartida nos debilita, nos agobia y finalmente nos abate.


La  alegría, (al igual que la tristeza), no es claramente un estado permanente...porque en tal caso sería lo mismo que la satisfacción eterna. Es un estado que se parece más bien el vaivén de las olas, de ondas que nos permiten tal vez, no entusiasmarnos con las cumbres, pero si con los valles, que nos alientan a la repetición de ese deseo de volver a subir, a alcanzar ese estado en plenitud.

En el ahora, hay matices, sinuosidades cambiantes que nos dan la oportunidad de conectar con la Felicidad plena y pura, sin depender de factores externos que nos la garanticen. Sin que la Felicidad dependa, ni de la alegría, ni de la tristeza. Ni de la pasión ni de el éxtasis contemplativo, sino más bien de ese secreto placer, de ese goce inexplicable que tiene cierta similitud a ser conscientes de la multidimensionalidad de la existencia...el haber conectado con nuestro Propósito Profundo.

“La gente es infeliz y vive desgraciada,porque utiliza las cosas para deleitar su corazón,en vez de utilizar su corazón para disfrutar de las cosas” - Anónimo


(C) Fernando Far

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